LJ Román

A lo mejor muchas personas me entenderán, pero otras no tanto, pero ¿se puede estar alegre y triste a la vez? Es una pregunta que me hago desde hace mucho tiempo. Es cómo estar dividida en dos, por un lado, mi lado derecho alegre y el otro el izquierdo infeliz. Estoy alegre por las nuevas metas, por el nuevo miembro de mi vida, por los sueños realizados y los que están por cumplirse, pero triste por los que ya no están a mi lado, por los que nunca volverán, por los sueños rotos, los que nunca se cumplirán porque ya no está la persona con la que los soñé, por dejar atrás la vida a la que estaba acostumbrada, pero aún así me levanto cada mañana y continuó con la vida, la que tuvo que ser modificada, porque no es la misma que inicié, la que ahora tiene un nuevo camino porque cambié de destino, la que a pesar de todo me hace feliz, pero con tristeza avanzo hacia ese nuevo rumbo lleno de metas y oportunidades, la que cada día pienso: LA VIDA SIGUE AUNQUE ME QUEDE SENTADA EN