El domingo se marchó a un largo viaje alguien que amaba muchísimo. Ella era como un colibrí; escribía a diario, hacía ejercicios, montaba bicicleta de ejercicio y se sentía joven. Creía que al morir iba a ir a un lugar especial. Y ese es mi deseo, que hayas encontrado el camino hacia tu dios griego como le decías. Desde el domingo estoy triste, siento un gran vacío, hoy me decidí a escribir esto para ti al leer algo que tú escribiste: Que mi alma se va libre, libre. Cuando me vaya no le digas a nadie que me fui, búscame en mis escritos que yo estaré revisando que escribí para ver que se me olvidó escribir. No me extrañes que yo estaré entre el viento que te besa, no pronuncies la palabra muerte, di que me fui a otro plano, cuando veas una rosa recuerdame en medio de tu olvido, que aunque no me veas yo estaré junto a la rosa, ese día que me vaya no te pongas triste, que mi alma se va libre, libre. Morella Es imposible no estar triste, te extraño, extraño tus ocurrencias, extraño hablar
Blog de la autora de Los Sabios del Templo, Mundo de Libélulas, Alas para volar, Vive plenamente y Renaciendo después de ti