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Mostrando entradas de mayo, 2020

Sé feliz

Escribir es una de las muchas cosas que me hacen feliz, aunque algunas veces la tristeza y la nostalgia llegan y me hacen sentir un poco desmotivada. Hoy fue un día de esos y justamente encontré una frase que me hizo pensar, “El pájaro no canta porque sea feliz, es feliz porque canta”. (Desconozco el autor) y es muy cierto, muchas veces nos sentimos abatidos y creemos que los problemas no tienen solución, pero preocuparnos tampoco logrará que veamos el camino que debemos seguir. Así que...  No permitas que la tristeza nuble el sol que habita en ti. Tenemos que creer que al final de la tormenta nos espera la calma que nuestro corazón anhela. No esperemos el "CUANDO" para ser felices. CUANDO me gradúe. CUANDO me case. CUANDO consiga un mejor trabajo. CUANDO tenga la casa que quiero. Y así sucesivamente nos quedamos esperando sin vivir nuestra vida. No esperemos a CUANDO. El momento es ahora, hay que VIVIRLO. Cambiemos nuestros pensamientos y todo comenzará a cambiar en

Nuevo libro

Hoy después de varios días por fin me senté a escribir, estoy contenta porque fue un momento productivo, un capítulo completo de una historia que se me ocurrió ayer, sí, pensarán, «uno más y tiene otros en el cajón del olvido», sé que antes de comenzar un libro nuevo, debería terminar los que ya tengo, pero no podía dejar la idea y que desaparezca de mi cabeza, pero como estoy entusiasmada por la visita de la musa. Así que retomaré la escritura de mis otros libros. Lo importante es seguir adelante sin desanimarse y sé que lograré terminarlos. Este es el primer tema musical que se cita en la historia. Canción que me trae muy buenos recuerdos

Lo que me hace feliz

Alan pintó un lindo conejito 🐰 Estos días de confinamiento me han enseñado que la verdadera felicidad está en compartir con los seres que más amo y que sé que ellos también me aman, que la salud de mis seres queridos es lo que más me importa y que estar en casa no me hace sentir mal porque para mí, estar en casa es el mejor sitio, donde me siento a gusto, protegida y disfruto de vivir con cada uno de los que habitan mi hogar y agradezco a Dios por su compañía. Me siento afortunada porque nada se compara al afecto de mis hijos, al abrazo de mi nieto Alan, al «Hola abuella» que me dice cuando me ve por las mañanas al levantarse, o cuando corre hacia mí para que lo proteja del castigo después de una travesura —sí lo sé, está mal, pero qué abuela no se resiste al ver esa carita—. Y me siento un poco culpable de haber sido tan estricta como madre, ¿por qué no fui más como abuela con mis hijos? Pregunta que tal vez muchas abuelas ahora se hacen. Volviendo a lo que me hace fe