Ir al contenido principal

En cuarentena

La Organización Mundial de la Salud declaró pandemia al Coronavirus (covid-19), el virus que comenzó en la ciudad China de Wuhan, lo mejor para protegernos del virus es lavarse muy bien las manos y mantenernos en nuestras casas para evitar estar en sitios con mucha gente, así que a partir del martes 17 de marzo se nos pidió a todos ponernos en cuarentena, solo salir de nuestras casas si es estrictamente necesario, con tapabocas y guantes. 

Así que #yomequedoencasa por mí, por ti, por todos.




Mi primer día en cuarentena 



Mi primer día en cuarentena, terminó exactamente así, Alan, mi nieto de tres años se puso a bailar y me invitó a bailar con él. Su alegría e inocencia nos hace llevar la cuarentena con normalidad.

Estos días he aprendido que cosas tan sencillas como sacar a pasear a Tobby, ver a personas caminar por la calle o algo tan simple como un apretón de manos, son tan valiosos. Muchas veces no le damos importancia a las situaciones cotidianas, pero cuando las perdemos es que nos damos cuenta que son tan importantes y valiosas para nuestras vidas.

Para todos los que están en cuarentena, les pido que tengan mucha paciencia, realicen alguna actividad en sus casas que los mantengan ocupados, cuídense y tengan fe de que esto pronto pasará.



Comentarios

Entradas populares de este blog

Cuento MANZANITA de Julio Garmendia

Cuento MANZANITA de Julio Garmendia Cuando llegaron las grandes, olorosas y sonrosadas manzanas del Norte, la Manzanita criolla se sintió perdida. —¿Qué voy a hacer yo ahora –se lamentaba–, ahora que han llegado esas manzanas extranjeras tan bonitas y perfumadas? ¿Quién va a quererme a mí? ¿Quién va a querer llevarme, ni sembrarme, ni cuidarme, ni comerme ni siquiera en dulce?  La Manzanita se sintió perdida, y se puso a cavilar en un rincón. La gente entraba y salía de la frutería. Manzanita les oía decir: —¡Qué preciosidad de manzanas! Deme una. —Deme dos. —Deme tres. Una viejecita miraba con codicia a las brillantes y coloreadas norteñas; suspiró y dijo: —Medio kilo de manzanitas criollas, marchante; ¡que no sean demasiado agrias, ni demasiado duras, ni demasiado fruncidas! La Manzanita se sintió avergonzada, y empezó a ponerse coloradita por un lado, cosa que rara vez le sucedía.  Y las manzanas del Norte iban saliendo de sus cajas, donde estaban ...

Escribe el libro que quieres leer

Hoy me desperté decidida a ya terminar el libro que estoy escribiendo, siempre que me siento a editarlo le coloco más palabras, borro otras, creo que no estoy lista para dejarlo marchar,

El diente roto de Pedro Emilio Coll

  A los doce años, combatiendo Juan Peña con unos granujas recibió un guijarro sobre un diente; la sangre corrió lavándole el sucio de la cara, y el diente se partió en forma de sierra. Desde ese día principia la edad de oro de Juan Peña. Con la punta de la lengua, Juan tentaba sin cesar el diente roto; el cuerpo inmóvil, vaga la mirada sin pensar. Así, de alborotador y pendenciero, tornase en callado y tranquilo. Los padres de Juan, hartos de escuchar quejas de los vecinos y transeúntes víctimas de las perversidades del chico, y que habían agotado toda clase de reprimendas y castigos, estaban ahora estupefactos y angustiados con la súbita transformación de Juan. Juan no chistaba y permanecía horas enteras en actitud hierática, como en éxtasis; mientras, allá adentro, en la oscuridad de la boca cerrada, la lengua acariciaba el diente roto sin pensar. —El niño no está bien, Pablo —decía la madre al marido—, hay que llamar al médico. Llegó el médico y procedió al di...