Hace hoy 43 años, el 2 de septiembre de 1973, J.R.R. Tolkien falleció en la localidad inglesa de Bournemouth. Fue un escritor británico, poeta, filólogo y profesor universitario,
conocido principalmente por ser el autor de las obras clásicas de la
alta fantasía El hobbit y El Señor de los Anillos.
Tolkien nos dejó un legado literario que ha fascinado a millones de
personas de todo el mundo, y que continúa cautivando a las nuevas
generaciones.
El hobbit
En este libro se narran las aventuras del hobbit Bilbo Bolsón que, junto con el mago Gandalf y una compañía de enanos, se verá envuelto en un viaje para recuperar el reino de Erebor, arrebatado a los enanos por el dragón Smaug.
Si bien se trata de una historia infantil, el libro atrajo también la
atención de lectores adultos y se hizo lo suficientemente popular como
para que Stanley Unwin le pidiera a Tolkien que trabajara en una
secuela, más tarde conocida como El Señor de los Anillos.
El libro pasó de mano en mano sin intervención del autor hasta llegar a Susan Dagnall, una empleada de la editorial londinense George Allen & Unwin. Ésta le enseñó el libro al presidente de la empresa, Stanley Unwin, quien se lo dio a su hijo pequeño, Rayner, para que lo leyera; la historia le gustó tanto que decidieron publicarlo.
El Señor de los Anillos
Aunque no se encontraba inspirado para tratar el tema, la petición de Stanley Unwin de una secuela para El hobbit impulsó a Tolkien a comenzar la que sería su obra más famosa, El Señor de los Anillos, una novela de fantasillosica
subdividida en tres volúmenes y publicada entre 1954 y 1955. Tolkien
invirtió más de diez años en la creación de la historia y los apéndices de la novela, tiempo durante el cual recibió el apoyo constante de los Inklings, en particular de su amigo más cercano, C. S. Lewis, al que prestaba o leía los borradores que iba escribiendo para que los juzgara. Tanto los acontecimientos de El hobbit como los de El Señor de los Anillos están enmarcados en el contexto de El Silmarillion, pero en una época bastante posterior.
La intención original de Tolkien al empezar a escribir El Señor de los Anillos era que éste fuera un cuento para niños al estilo de El hobbit, pero poco después recordó el anillo encontrado por Bilbo Bolsón
y decidió centrar la historia en torno a él y su devenir,
convirtiéndose en un escrito más oscuro y serio; por ello, a pesar de
ser una continuación directa de El hobbit, fue dirigido a un público más maduro.
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