Llegó la época que más nos llena de alegría y a la vez de nostalgia, la que nos recuerda los éxitos, pero también los fracasos. En la que hacemos un recuento de todo lo bueno y lo malo que nos ha ocurrido en todo el año. En la que comenzamos animados a preparar nuestros propósitos para el año nuevo aunque sabemos que la mayoría acabarán en una gaveta. Y en la que deseamos con todo el corazón volver a abrazar a todos nuestros seres queridos que ya no están a nuestro lado.
Celebrar la Navidad nos convierte de nuevo en ese niño que un día fuimos y que soñaba con esa magia que solo la inocencia era capaz de ver, esperábamos con emoción la llegada del Niño Jesús y corríamos para ver los obsequios que nos había dejado debajo del árbol.
Cada año volvemos a encender la llama de la magia de la Navidad y revivimos recuerdos con aromas de cenas, sonidos de risas y abrazos que nos arropan el alma.
No dejemos que se apague la magia de estas fiestas.
¡Feliz Navidad!
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