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El roba madres

En el 2019, escribí «EL ROBA MADRES» para un blog de relatos. Por casualidad lo encontré y quiero compartir aquí:


EL ROBA MADRES

Beatriz estaba animada por lo bien que había salido la fiesta de su hija de tres años, a pesar de haber tenido tan poco tiempo para prepararla, ya que se habían mudado a la nueva casa apenas quince días. Se sentó y se quedó distraída mientras veía a sus sobrinos jugar en el castillo inflable que alquilaron para la ocasión. Beatriz los veía reír, pero no vio a Mia por ningún lado. Buscó a su hija con la mirada, pero no estaba en el jardín, así que decidió ir a buscarla. Se dirigió dentro de la casa y allí la vio, estaba de pie, sola, pero hablaba con alguien. Beatriz se acercó.

—¿Qué haces, cariño?

—Mami, Patty no quiere que vaya a jugar con mis primos.

—Dile que es solo por un rato, que cuando se vayan tus primos volverás a jugar con ella.

Beatriz, le dijo para seguirle el juego. Pero se quedó sorprendida al ver que Mia obedeció y le habló a Patty como si realmente estuviera frente a ella. Beatriz miraba atónita con la facilidad con que su hija hablaba a la nada.

****
Terminada la fiesta y cuando ya todos se habían marchado, Beatriz recogía y botaba en una bolsa de basura: platos, cubiertos plásticos, servilletas y papel de regalo. Erick, su esposo, llegó para ayudarla. Ya había dejado dormida a Mia en su cama.

—Estoy preocupada por Mia —dijo Beatriz a su esposo. 

—¿Por qué? ¿Qué tiene? —preguntó Erick.

Beatriz lo miró.

—Hoy la encontré hablando con alguien en la sala, pero estaba sola.

—Tranquila, todos los niños tienen un amigo imaginario.

—Yo no lo tuve. ¿Tú sí?

—No.

—Entonces no todos los niños tienen uno, como tú dices.

Beatriz, a pesar de que Erick trató de tranquilizarla, no pudo lograr quitarse de la mente la imagen de su hija hablando a la nada. Al terminar de limpiar se fueron a dormir.

A las tres de la mañana, Beatriz se despertó y se asustó al ver a Mia parada frente a ella, observándola.

—Cariño, ¿qué haces despierta? —preguntó Beatriz.

—Patty no me deja dormir, quiere que juguemos —dijo Mia mientras se restregaba un ojo.

—Ven, duerme aquí, pero solo por esta noche.

La niña subió a la cama y entre su padre y su madre se durmió plácidamente.

****
Los días pasaron y los problemas con Mia y su amiga imaginaria aumentaron. Beatriz ya no aguantaba. Su hija estaba fuera de control, se había vuelto mentirosa y hacía cosas que luego culpaba a Patty, como arrojar comida al piso, romper los juguetes y rayar las paredes. Llegó hasta desordenar la habitación lanzando todo por la ventana hacia el jardín. Cuando Beatriz la reprendió, Mia culpó a Patty. Le dijo a su madre que su amiga se molestó con ella porque no quiso hablarle cuando Patty le dijo que quería verla muerta. Y ella amaba mucho a su madre como para ser amiga de alguien que no la quisiera. Beatriz sintió miedo por la salud mental de su hija.

****
De noche, Beatriz sentía que Mia entraba a la habitación y tocaba su rostro. Al despertar, no estaba; así que se levantaba para ir a la habitación de la niña y cerciorarse de que estuviera bien y volverla a arropar, allí estaba, dormida plácidamente en su cama. Beatriz volvía a la cama segura de que Mia le tocaba el rostro, esa sensación no podía ser un sueño.

Los nervios de Beatriz iban en aumento, así que llamó a Rebeca, su mejor amiga, para desahogarse sobre los problemas que había tenido con Mia y su amiga imaginaria. Rebeca le sugirió que la llevara a un psicólogo infantil, pero que no se preocupara demasiado porque era normal en niños de esa edad. Después de colgar el teléfono, Beatriz buscó el número telefónico de un psicólogo, llamó y pidió una cita para llevar a Mia.

Beatriz se despertó temprano para adelantar algunas cosas en la casa antes de ir al consultorio del doctor. Erick ya se había marchado al trabajo, de repente Beatriz escuchó a su hija gritar, parecía discutir con alguien. Se dirigió a la sala.

—¡MIA, YA BASTA!

—Patty me está molestando, no quiere que me lleves al psicólogo.

—Por favor, Mia, no sigas... ¿Al psicólogo? ¿Cómo sabes eso?

—Patty me lo dijo.

Beatriz sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. Algo estaba mal y no era su hija.

—Vamos a la casa de la abuela.

—Patty se va a molestar conmigo.

—No me importa, nos vamos.

—No, no, no me lleves, se va a molestar, ya está furiosa conmigo.

Mia comenzó a llorar. 

Beatriz de repente se quedó paralizada. Algo horrible comenzó a salir por la pared. Ella quería correr, pero no pudo; le fue imposible moverse. Mia vio con terror cómo Patty se llevó a su madre por la pared. Gritó tanto que le dolió la garganta.

****
Erick, al ver que sonaba su teléfono, se preocupó al ver el nombre de Alfredo, su vecino. Ellos habían intercambiado números por si había una emergencia. Cuando colgó, corrió hacia allá. Erick iba temblando porque Alfredo le dijo que había escuchado gritos en su casa y llamó a la policía. Le dijo que Mia se encontraba bien, eso lo tranquilizó, pero… ¿y Beatriz? No había mencionado nada de ella. Algo malo había pasado con su esposa porque, de lo contrario, le habría dicho que estaba bien.

Casi choca un par de veces por lo distraído y preocupado que estaba, sintiendo que su cabeza iba a estallar. Cuando llegó a su casa, la patrulla de policía seguía allí. No le permitieron entrar hasta hacerle unas preguntas.

—Papi, Patty se llevó a mami —dijo Mia.

La niña lo repetía constantemente. Erick estaba pálido. Cuando la policía le preguntó quién era Patty, él no supo qué decir. Le parecía una locura y temía que no le creyeran. Pero cuando otro policía le repitió la pregunta casi dándole una orden, no tuvo más opción que decir la verdad.

—Es la amiga imaginaria de mi hija —dijo Erick y los dos policías se vieron incrédulos.

****
Nadie supo qué le había sucedido a Beatriz. Erick fue el principal sospechoso de su desaparición, acusándosele de haber planeado todo junto con su cómplice llamada Patty. Sin embargo, no encontraron pruebas suficientes contra él ni sobre la supuesta Patty. Todos los amigos a los que se les pidió información dijeron que Erick sería incapaz de hacer algo malo a su esposa y, con la declaración de Mia y de Rebeca sobre la amiga imaginaria de Mia, la tal Patty sería una niña de más o menos seis años, tuvieron que dejarlo en libertad por falta de evidencias.

****
Beatriz estaba en un lugar oscuro, pero podía ver su casa, veía todo lo que sucedía, llamaba a Erick pidiendo ayuda, pero era inútil; él no podía escucharla. Veía con tristeza a su familia porque quería abrazarlos, pero era imposible hacerlo. Estaba allí sin poder decirles cuánto los amaba.

****
Con los días, Erick estaba demacrado. Ella se sintió triste porque sabía que le dolía su ausencia. Mia estaba retraída y no sonreía; había perdido a su madre y eso la marcaría para siempre. Eso le partió el corazón. En el lugar donde estaba Beatriz sabía que no era la única, porque podía sentir que otras mujeres lloraban y se lamentaban, llamando a sus hijos.

Un día, Beatriz vio con tristeza cómo Erick y Mia se mudaban de la casa. Ella lloró desconsolada, sintiéndose morir.

Los días pasaron y la casa permaneció sola por un tiempo, hasta que la puerta se abrió y entró una pareja. Beatriz vio cómo su captor, esa forma negra y horripilante, salía de la pared, pero mientras lo hacía, se convirtió en una hermosa niña.

—¿Cómo te llamas? —dijo una voz.

—Patty —respondió el monstruo.

—¡NOOOO! —gritó Beatriz al ver que hablaba con la hija de los nuevos habitantes de la casa.



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